La inteligencia artificial son sistemas informáticos o máquinas que tienen comportamientos y capacidades inteligentes similares a los humanos y que, por tanto, son capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Dado que el concepto de inteligencia es complejo, resulta útil distinguir entre IA débil y fuerte en una escala sin gradaciones. IA débil se refiere a sistemas capaces de realizar una tarea limitada y específica, como clasificar un correo electrónico como spam.
La IA fuerte se refiere a sistemas capaces de realizar toda una serie de tareas que requieren inteligencia humana, como la percepción visual, la comunicación verbal, la interpretación emocional y la empatía. Sin embargo, aún estamos lejos de crear una IA fuerte. La disciplina académica de la IA lleva décadas intentando crear agentes y máquinas inteligentes, y existen varios enfoques para lograr este objetivo. En la actualidad, la gran mayoría de los intentos de crear IA se basan en métodos de aprendizaje automático; éstos representan los intentos de mayor éxito.
El término IA se utiliza de forma tan inflacionista que resulta difícil saber a qué se refiere realmente la gente. Esto se ha sumado a la confusión ya existente en torno a la IA por dos razones:
- La inteligencia artificial significa cosas distintas para cada persona. Por un lado, es una disciplina académica, por otro, es una meta a la que aspirar, que se refiere a software o tecnologías que tienen una cierta característica, pero mucho más. Como campo de investigación extremadamente amplio, está bastante disperso y las personas que trabajan en diferentes subaspectos e intentan explorar el tema no colaboran entre sí.
- La inteligencia artificial también tiene muchos puntos de contacto con otros campos y temas. Está relacionada con los datos, RobóticaFilosofía, ética, neurociencia, procesamiento del conocimiento, Aprendizaje profundoprocesamiento del lenguaje natural, aprendizaje automático, etc. Con los enormes avances que está experimentando la IA, también está teniendo cada vez más repercusiones a nivel político y social. En este punto, no profundizaremos más en el debate sobre qué es la IA.
A medida que los sistemas de IA se vuelvan más complejos, podrán asumir y automatizar cada vez más tareas humanas. Esto tiene profundas consecuencias a nivel económico, político y social. Se suele decir que las primeras revoluciones industriales, impulsadas por el desarrollo de la máquina de vapor y seguidas por la invención de la electricidad, nos dotaron de fuerza muscular. La inteligencia artificial, en cambio, nos dota de fuerza mental, es decir, de sistemas capaces de realizar tareas que requieren cualidades profundamente humanas como la creatividad y la percepción.